ARTISTAS | Por Sala NICE

Pedro Pastor Guerra no ha nacido entre algodones pero sí entre notas musicales. Le viene de familia, por eso no renuncia a la palabra cantautor, aunque a él le han llamado cantautor rapero. El joven trovador madrileño puede pasearse cómodamente entre la canción protesta, el amor, la rumba y el hip-hop.

El hijo de Luis Pastor y sobrino de Pedro Guerra ha conseguido atesorar en el contexto de su espontánea y natural juventud, una muy sana madurez literaria en proceso de libre y progresiva creación.

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Es en septiembre de 2012, pese a su temprana edad, cuando ve la luz su primer EP Aunque 'Está Mal Contarlo', disco que como toda su obra refleja el amor y la rebeldía que ya mostraron las letras de sus predecesores. Su obra sigue progresando y en 2014 vemos el primer salto de madurez en su trabajo con 'La Vida Plena', disco producido por Markos Bayón. En 2016, como proyecto paralelo, produce junto a Suso Sudón un disco mestizo entre música y poesía titulado 'Sólo Los Locos Viven La Libertad'.

Encontramos a lo largo de sus trayectoria una progresión evolutiva que deriva en la madurez tanto sentimental como musical dentro de su obra. Sintiéndose cada proyecto como un paso más en el camino de la madurez personal del autor. En concreto, 'SoloLuna' se ve impregnado de todas las vivencias que una vez marcaron el alma y toda esa gente que aparece en la vida de cada uno para dejar huella, creando a través de estos métodos una conexión directa y personal entre el cantante y el oyente.

'SoloLuna' es un canto a todos los sentimientos que por desgracia hoy en día mantenemos ocultos por el pánico a la sociedad y su tóxica opinión, que al parecer es mucho más importante que vivir la vida sin tapujos y sin miedos. Nos Merecemos habla del paso del tiempo, de esa terrible sensación de vacío, de falta y de las ansias de poder aprovechar al máximo cada momento formando parte de un todo superior a la persona física. Sin Flor retoma la sensación de vacío, el olvido del pasado crudo, obviando todo lo que le tocó vivir al pueblo en el pasado, de las heridas que se crean al rememorar un pasado lleno de guerras y odio, sin ganadores o perdedores, únicamente derrotas y derrotados, ya que en ningún momento quedan recuerdos de victoria en la guerra, busca la verdad mediante la metáfora. Luz, en contrapartida es un tema escueto que sintetiza el amor en una canción como parte de luz y del todo, aprovechando el recurso de la metáfora de lo salvaje del mundo animal para hablar de un amor sin miedos ni cobardía. Pero por supuesto, no todo es bonito dentro del amor, y es aquí donde nos encontramos Amar, donde se aprecia un intento nefasto de la sociedad de inculcar el amor fácil a través de la mentira, un amor rápido sin más sentimientos, un amor que ha perdido todo su sentido con el paso de los años evolucionando hasta no ser más que una mera fachada cargada de amargura y reproches, olvidando lo que un día fue cuna de locura y de incondicionalidad desatada y sin más límites que el cuerpo, para acabar siendo hoy en día algo vacío, carente de pureza, siendo manantial de violencia, siendo un amor sin amor.

http://www.musiqueando.com/criticas-de-discos/15-discos-nacionales/6444-pedro-pastor-solo-luna-2017

“El arte es la alternativa cuando los medios de comunicación mienten”